Surge de la necesidad de priorizar y adaptar los recursos disponibles en las emergencias a su demanda. Los sistemas de ayuda médica urgente (SAMU), basan sus decisiones en la eficiencia y dado que sus recursos son limitados, generalmente se ven obligadas a priorizar su activación. En la ayuda a la toma de la decisión en esa priorización, está la base del triaje telefónico.
Un sistema estructurado de triaje telefónico permite complementar al sistema de gestión de emergencias, para ajustar la respuesta del Centro Regulador a la demanda en base a una clasificación de prioridades que tiene en cuenta el tipo de incidente, el motivo de consulta, la disponibilidad de recursos y la respuesta del efector intermedio (ambulancia) y final (hospital), ya que todos hablan un mismo lenguaje.
Su implantación permite la coordinación real entre el Centro Regulador y los centros receptores en base a un sistema de clasificación único que incluye la valoración de la urgencia y de la complejidad de los pacientes.
Se recomiendan en los Centros Reguladores de emergencias, al menos dos tipos de profesionales:
Su función inicial es registrar los datos obtenidos sobre el incidente: localización, tipo, número de heridos, etc... Posteriormente, con ayuda del software de triaje que les presentamos, realizan las preguntas imprescindibles para clasificar rápidamente a los pacientes en situación de emergencia (con niveles de urgencia I y II) y su motivo de consulta, con el objetivo de poder "despachar" el recursos asistencial más adecuado según el protocolo de priorización definido.
Son responsables de clasificar los pacientes, una vez descartada la emergencia por el teleoperador, en diferentes niveles de urgencia (niveles III, IV y V). Comprueban la valoración inicial realizada por los teleoperadores y, en ausencia de emergencia, continúan el proceso de triaje según el programa, con el fin de discernir entre el resto de niveles de urgencia, confirmando el motivo de consulta y cerrando el proceso de triaje.
El teleoperador valorará inicialmente la necesidad de reanimación, contención activa o ayuda al parto, una vez descartado el nivel I de atención inmediata, evaluaremos el motivo de consulta, el estado general del paciente y la existencia de factores de riesgo y otros factores de gravedad para descartar un nivel II. Si el paciente presenta menor urgencia se confirmará la clasificación sin marcar nada, será el regulador el que se responsabilice de la valoración durante el proceso de regulación.
El teleoperador para cada "botón" solo tendrá acceso a la valoración de preguntas que conllevan asociado un nivel de emergencia (nivel II). El resto de cuestiones, que corresponden a niveles III, IV, V están ocultas y son responsabilidad única del perfil regulador.
El triaje telefónico posee un módulo de creación de protocolos o consejo médico que permite: